miércoles, 4 de diciembre de 2013

Música, cine y las calles de Nueva York

Música, cine y las calles de Nueva York
 

Los sonidos de Harlem, los famosos escenarios de Brooklyn, las colinas del Bronx y las muestras de arte en Long Island City: circuitos alternativos para descubrir a pie, en bici o con el bus turístico.


El puente de Brooklyn, construido entre 1870 y 1883, ofrece una de las postales más clásicas de Nueva York
El puente de Brooklyn, construido entre 1870 y 1883, ofrece una de las postales más clásicas de Nueva York
Si es la primera vez que se visita Nueva York hay una lista inobjetable de clásicos imperdibles para conocer sin perder un segundo. Por ejemplo, subir a los miradores de Top of the Rock del Rockefeller Center y del Empire State Building, recorrer el Central Park y la Quinta Avenida, ir a los museos más importantes -como el MET y el MoMA-, comprar tickets para una obra de Broadway y observar los contrastes culturales de Chinatown, Little Italy, TriBeCa y SoHo.
Si es la segunda vez que se pisa la gran metrópoli de los Estados Unidos, probablemente se repitan varios puntos del circuito mencionado porque son inabarcables en una sola visita, porque se renuevan en forma constante, porque vale la pena volver a recorrerlos. Sin embargo, tanto para aquellos que estuvieron varias veces en la ciudad como para los que viajan con tiempo, hay muchos atractivos por descubrir que salen del "abc" convencional.
Para ello, lo primero que hay que tener en cuenta es que Nueva York es mucho, muchísimo más que Manhattan, ya que hay cuatro distritos que se suman a la isla conocida como la "Gran Manzana": Brooklyn, Queens, el Bronx y Staten Island. Además, la perspectiva será muy distinta si todos estos lugares se recorren a pie o en metro, en los icónicos taxis amarillos o en los turísticos buses "hop-on, hop-off" (permiten subir y bajar cuanto se quiera), en colectivo o en barco. A su vez, los paisajes de Nueva York cambian según las estaciones del año: pasadas las fiestas de fin de año -el árbol de Navidad y la pista de patinaje sobre hielo del Rockefeller Center y las vidrieras decoradas de la Quinta Avenida son un "must-see" cuando comienza el invierno-, en la primavera del Norte cobra protagonismo el Central Park, una desmesura en clave de verde con lagos, ardillas y senderos laberínticos.
Vayamos por partes. Sin salir de Manhattan, entre los ríos East y Hudson y las calles 110 y 160, se recomienda -especialmente, a los melómanos- ir a Harlem por ser sinónimo de música y movimientos antirracistas de la población negra. Revitalizado por el turismo y los tours que se multiplicaron en los últimos años, el vecindario convoca con su historia de rebeldía y las figuras gigantescas que surgieron en el Apollo Theater, en Minton's Playhouse y el Cotton Club. Desde Billie Holiday y Ella Fitzgerald hasta Duke Ellington, Louis Armstrong, Lena Horne, Sarah Vaughn, Charlie Parker, Miles Davis, Fats Waller y Michael Jackson... La enumeración es increíble pese a que la dejamos incompleta. Para aproximarse a la historia de la "capital afro", nada mejor que desandar la avenida Lenox, organizar salidas a los famosos clubes de jazz y asistir a la misa de la Abyssinian Baptist Church para saber de qué estamos hablando cuando hablamos de gospel.
Del otro lado del puente
Si Nueva York es una de las ciudades más filmadas de la historia, en muchas películas y programas de televisión exitosos ("Fiebre de sábado por la noche", "Hechizo de luna", "Sex and the City", el "Show de Bill Cosby" o "2 Broke Girls", por nombrar un puñado mínimo) aparecen Brooklyn y su puente colgante. Son tantas las escenas filmadas en sus calles con árboles y escaleras al frente de las casas simétricas que se organiza el "Brooklyn TV & Movie Tour" para recorrer en casi cuatro horas los principales escenarios. Y claro, el protagonista del paseo es el puente convertido en ícono neoyorquino, que une a Brooklyn con Manhattan y cruza el río East.
Otro distrito menos frecuentado que la "Big Apple" es The Bronx. A diferencia de las cinco grandes áreas, ésta es la única que no se encuentra en una isla. Sorprendentemente verde y multicultural (aquí se hablan más de 75 lenguas), el Bronx está situado al norte de la ciudad, separado por el río Harlem y ostenta colinas. Se destaca "Wave Hill", un enorme jardín público que tiene un centro cultural y ofrece muy buenas vistas. Además, el Bronx cuenta con uno de los jardines botánicos más grandes del mundo, un zoo y el parque Van Cortlandt. Para terminar el paseo -lo ideal es visitar esta zona una vez terminado el invierno del Hemisferio Norte-, hay un tranvía que es réplica de uno de principios del siglo XX.
Muchos argentinos viven en Queens. Y con la apertura de hoteles nuevos en Long Island City, este vecindario del populoso distrito hace más accesibles las estadías en Nueva York. No sólo se ubica a unos pocos minutos de Midtown Manhattan, sino que esta zona -otrora, enclave industrial- ha tenido un rápido crecimiento residencial y una próspera comunidad artística, junto a sus parques a la orilla del mar e impactantes panorámicas de Manhattan.
Una zona en expansión si las hay, Long Island City se caracteriza por una gran cantidad de edificios de fines de siglo que alguna vez fueron fábricas y ahora han sido transformados en galerías, hoteles, restaurantes, tiendas y museos. Entre otros sitios vinculados al arte se destacan Fisher Landau Center of Art, Dorsky Gallery (promueve las artes visuales), The Noguchi Museum, MoMA PS1 (una de las instituciones de arte contemporánea más antiguas de EE.UU.), Sculpture Center (dedicado a los desarrollos experimentales en las esculturas) y Socrates Sculpture Park (muestra a gran escala y al aire libre).
Por último, hay dos paseos en medios de transporte menos convencionales: en barco y en bicicleta. Sobre las aguas del río Hudson, el "Circle Line" recorre 57 km alrededor de Manhattan, ofreciendo panorámicas de los rascacielos del área de Wall Street y el Ground Zero, donde se levantaban las Torres Gemelas hasta el atentado del 11 de septiembre de 2001. Van apareciendo entonces la estatua de la Libertad (se puede subir, reservando con antelación), y muy cerca, la isla Ellis y su interesante Museo de la Inmigración (allí llegaron 16 millones de inmigrantes entre 1892 y 1954). El crucero completo incluye los ríos East y Harlem, desde donde se ven los cinco distritos.
En cambio, los itinerarios en bicicleta proponen pedalear por el Central Park hasta Harlem, o bien, cruzar el puente de Brooklyn y conocer ese distrito sobre dos ruedas. Lo mismo se puede hacer de noche para ver la ciudad iluminada. Hay un circuito diferente para cada día de la semana. Porque como el propio Central Park, Nueva York siempre conserva rincones sin descubrir.

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