domingo, 26 de octubre de 2014

Nuestras Tradiciones - LOS FINAOS

Defendamos Nuestras Tradiciones




 
"LOS FINAOS"
 
El día de los Finaos
en tiempos de mis abuelos
la gente comía castañas
juntitas detrás del fuego.
 
Yo no se que pasa ahora
si es que no saben igual
porque en vez de las castañas
la gente se pone disfraz.
 
Yo el disfraz me lo pongo
cuando salgo a vacilar
el día que celebramos
nuestro querido Carnaval.
 
Las Brujas esas de afuera
que nos quieren endosar
que se adoren los que quieran
pero búsquense otro altar.
 
Si seguimos de esta guisa
tendremos que celebrar
el día 4 de julio,
el martes de Carnaval.
 
Todo esto que les digo
lo hago con mucho apuro
porque se que los americanos
pincharon mi disco duro.
 
Yo sigo con mis castañas
el día tan especial
recordando a todos los seres
que con nosotros ya no están.
 
La Varada del Pescado,
Beñesmen en Guayadeque,
La suelta del Perro Maldito
o la Rama de Agaete.
 
Estas y otras muchas son las fiestas
que debemos celebrar
y de paso a nuestros hijos
la tradición  inculcar.
 
Las Brujitas esas yanquis
quien las quiere festejar
que cojan un barco y lo hagan
al otro lado del mar.









LOS FINAOS -FINADOS - TRADICION CANARIA


 
LOS FINAOS CANARIAS
 
 
 
 
 
 
 




 
 
 







 

 
 
 
 



 




 1 DE NOVIEMBRE

 

sábado, 25 de octubre de 2014

MONTAÑON NEGRO

MONTAÑON NEGRO




 
 
 
 
El Montañón Negro y la Caldera de los Pinos de Gáldar constituyen dos estructuras geomorfológicas bien conservadas de gran singularidad e interés científico, representativas del volcanismo insular más reciente. El Montañón Negro es un volcán de tipo estromboliano que, sobre todo, emitió lavas fluidas; y la Caldera de los Pinos de Gáldar es un cráter de explosión circular que expulsó lavas escoriáceas y que tuvo varias fases freatomagmáticas.
En este espacio abundan los pinos (Pinus canariensis y Pinus radiata) y los eucaliptos (Eucalytus sp.). El nombre de estos últimos proviene del griego y significa ‘bien tapado’. Esto se debe a que sus flores se forman en cápsulas especiales que no se abren hasta que están maduras. En ese momento, una especie de tapadera se desprende para dejar al descubierto los órganos sexuales.
También predominan musgos y líquenes, que comienzan a colonizar las coladas lávicas.

viernes, 24 de octubre de 2014

Clinoptilolita - SAN NICOLAS DE TOLENTINO


Clinoptilolita


La clinoptilolita es una serie de tres minerales con el mismo nombre, de la clase de los tectosilicatos y dentro de éstos, del "grupo de las zeolitas". Su nombre viene del griego klino (oblícuo), por la forma monoclínica de sus cristales.
 
 
 
 
 
 
En 1667 el cortijo de Tocodomán es la única excepción en el territorio aldeano que no es patrimonio del mayorazgo de la Casa de Grimón y sus descendientes los Marqueses de Villanueva del Prado.
 
 
VIDEO BARRANCO DE TOCODOMAN
 
 
 
 
 
 
 

jueves, 23 de octubre de 2014

FIESTAS EN PUERTO CABRAS - FUERTVENTURA

 

La fiesta patronal de Puerto de Cabras en 1927



El primer programa de fiestas editado por el Ayuntamiento de Puerto de Cabras.

El documento, cuya imagen ya apareció publicada en el libro “Puerto de Cabras, Puerto del Rosario. Una ciudad Joven”, 1995, donde se reprodujo una copia del que está en la Biblioteca Municipal de Puerto desde 1980, fruto de la donación de Gerardo Mesa Noda; es un programa que se ha utilizado y cedido en otras tantas publicaciones desde entonces. La propia biblioteca lo tiene incorporado en la colección fotográfica de su WEB.

Reproducción del documento publicada en  "rtv Aguacabra" con la noticia de la cesión de documentos de  La Oliva a Puerto del Rosario, 5 de marzo de 2013.

Editar un programa festivo en fechas tan tempranas obedece, en mi opinión, a distintos hechos históricos con los que las fuerzas vivas del Puerto se sintieron satisfechas: Tetir, dos años antes, y Casillas del Ángel, hacía menos de doce meses, decidieron unirse a Puerto de Cabras y extinguieron sus municipios para fijar la capitalidad administrativa en nuestra localidad, que llegó así a una población superior a los tres mil habitantes.
También en 1927 se había creado la provincia oriental de Canarias, cuyo primer gobernador anunciaba la visita a la isla majorera para el año siguiente.

Cabildo y Ayuntamiento, presididos por don Francisco Medina Berriel y don Laureano Saavedra Peña (que dimitiría poco antes de la fiesta), respectivamente, compartían sede en un edificio de la calle Fernández Castañeyra, mirando al mar, frente a la plaza de España actual, desde donde observaban la bahía y el espigón de sus sueños, el muelle chico de nuestras vivencias, que aportó buena parte de los ingresos del municipio y de la hacienda cabildicia.
A los munícipes les parecía aún escuchar los sones de la banda cuando en otro octubre, el de 1894, inauguraban el muelle. Y lo mismo sentían los consejeros cabildicios que desde la puesta en funcionamiento de su institución insular, recibían la recaudación de los arbitrios sobre entrada y salida de productos.
Aquel año de 1927 todos estaban de acuerdo en que Puerto se convertía con más autoridad en la capital de la isla. El cabildo, aquí residente desde 1913, lo confirmaba, pues el propio sistema electoral exigió una nueva jurisdicción electoral de ámbito insular, la idea que desveló a Manuel Velázquez en su lucha.


Pero veamos de qué nos habla el programa festivo cuyo ejemplar se dona a Puerto del Rosario:

Lo primero es la imagen de la fotografía que le sirve de pórtico: a partes iguales se distribuyen la composición el cielo, el mar y la tierra, dándonos idea de un trasiego entre mercantil y festivo. Sobre los adoquines de la explanada y del muellito, por entre los coches y camiones de la época discurre el personal en sus quehaceres de un día de correo: al fondo del rebumbio se adivina el farol de la punta del malecón y el pescante a pleno rendimiento… Sobre el mar, entre pailebotes y gabarras, el correillo “Viera y Clavijo” o “La Palma”, hace su escala procedente de los "puertos" de Arrecife y La Tiñosa, en Lanzarote, y aún le quedan los de Pozo Negro y Gran Tarajal con destino a Gran Canaria, de donde regresará para hacer el recorrido inverso… En el cielo las esperanzas e ilusiones de todos, un cielo que ya vieron surcado por la aviación que miraba a Los Estancos como aeródromo de socorro.

La parte textual pregona y anuncia que las fiestas son cívico-religiosas; nos habla de lo que hacían y dónde lo hacían para festejar a Nuestra Señora del Rosario; de que las patrocina el ayuntamiento y que se desarrollaban durante los cuatro primeros días de octubre.
La Plaza del Rosario, la Explanada del muelle y las sedes de sociedades particulares constituían el escenario de los festejos que se abrían con el engalanamiento e iluminación del entorno del templo parroquial, donde amenizaba la verbena la banda municipal dirigida por Juan Peñate Quevedo.
El deporte tradicional de la lucha tiene su hueco con la agarrada que enfrentaba a los combinados del norte y del sur en el terrero de don Agustín Pérez Rodríguez, comerciante y primer delegado gubernativo entre otros cargos, ubicado a la sombra de las palmeras, frente a la iglesia, donde hoy se levanta la Dirección Insular de la Administración General del Estado.
La sociedad El Porvenir que ocupara la casa de don Aquilino Fernández en la calle Fernández Castañeyra, estaba entonces en un edificio de los herederos de Antonio María Manrique, junto a la playa del muelle chico, hoy ruinas frente al mercado municipal.
Las sociedades obreras ocupaban el Centro de Artesanos de la misma calle Fernández Castañeyra en su esquina con la del Rosario, también trasladada a la calle Nueva, donde funcionaba a la sazón y donde más tarde se puso en funcionamiento la sociedad Herbaria.
Ambos "casinos" se sumaban al jolgorio con los bailes que el programa anuncia, y cuya dualidad se mantuvo en la memoria colectiva distinguiendo “el casino de los ricos” y la “sociedad obrera”.
Y la gran fiesta marítima de un pueblo que nunca retiró la mirada del mar: las regatas a vela y a remo, las cucañas, convidan a no olvidar aquello que siempre concitó el jolgorio de nuestros antepasados, entre los que estaba un alto porcentaje de gentes del mar.

Un ejemplar del documento que nos ocupa fue donado recientemente al Ayuntamiento de Puerto del Rosario por el Ayuntamiento de La Oliva.

Y una mirada a la sociedad capitalina de Fuerteventura en 1927

La isla rondaría los 14.000 habitantes, de los que poco más de tres mil vivían en Puerto de Cabras.
Las comunicaciones interiores se verificaban por las dos principales carreteras que, partiendo de Puerto de Cabras, una llegaba a Gran Tarajal y la otra a la Oliva.
Funcionaban tres puertos en los que hacían escala los correillos que muchos recordarán como los playeros, porque fondeban en estas calas: Pozo Negro, Gran Tarajal y Puerto de Cabras, una circunstancia que nos confirma la deficitaria red de carreteras, prefiriéndose el cabotaje interior como medio de transporte.
Y el agua potable seguía siendo el grito desesperado de la población desde que los aljibes no dieran abasto por el establecimiendo de la guarnición militar en Puerto de Cabras desde la década de 1880. En sus habituales escalas en la localidad, los correillos descargaban el agua adquirida por nuestro Ayuntamiento a la sociedad suministradora de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
Había dos escuelas y una parroquia. La escuela de niñas, regentada por Juana Mª. Fajardo Negrín y la de niños, por Antonio Jaén Díaz, los cuales, junto a los representantes municipales y al cura constituían la Junta Local de Primera Enseñanza.
Nada diremos del centro de educación de adultos pues recién lo habían clausurado las autoridades provinciales de Enseñanza.

La política se debatía entre el partido "Unión Patriótica" y el Partido Republicano Federal que representaba don Ángel González Brito, y el "Partido Majorero", entre otros.

Y había algunas sociedades, digamos principales:

Cámara Agrícola presidida por Ramón Castañeyra Schamann, siendo vicepresidente José Pérez Medina; tesorero, Victoriano González Carballo; contador, Francisco López Rodríguez; secretario, Manuel Medina Berriel. Vocales: Juan Domínguez Peña, Juan Cabrera Aguilar, Agustín Medina Rodríguez, José Castañeyra Carballo y Juan Martín Alonso.
Sociedad Económica de Amigos del País, dirigida por don Santiago Cúllen Ibáñez; director suplente, Agustín Medina Rodríguez; censor, Juan Domínguez Peña; secretario, Francisco López Rodríguez; bibliotecario, Claudio López Rodríguez, y tesorero, Juan Peñate Quevedo.
Sociedad Casino “El Porvenir”, bajo dirección de Julio Hernández.

La organización político administrativa:

Ayuntamiento:
Alcalde: Laureano Saavedra Peña, hasta su renuncia el 28 de septiembre.
Secretario: Francisco López Rodríguez, “Pancho López”
Concejales: Francisco del Toro Rivero (que renunció con el alcalde); Ángel González Brito, Teodomiro Pérez Martín, Secundino Calero, Luis Rodríguez de Vera y Manuel Martín Cuadro.

Cabildo Insular:
Presidente, Francisco Medina Berriel; vicepresidente, José Peñate Castañeyra; Consejeros: Manuel Oramas, Antonio Bordón, Domingo Velázquez, Bernardo de León, Antonio Castro, Andrés Velázquez; Secretario: Claudio López Rodríguez, hermano del secretario municipal.

La Delegación del Gobierno de S.M. se encontraba en la calle Nueva, a cargo del delegado y médico Santiago Cúllen Ibáñez, asistido del secretario, Francisco Martorell Juan y del oficial Tomás Felipe Mora que compartía sus quehaceres con el Ayuntamiento.

El ayudante militar de marina era Julio Fernández, ubicándose sus oficinas en la calle Fernández Castañeyra esquina a calle Fuerteventura.

Diferentes actividades privadas:


Había empresarios del automóvil: Pedro Felipe Mora, Luis Rodríguez García, Francisco de Vera Manrique, Benito Herrera, Francisco Medina Berriel... Y unos impuestos de rodaje sobre circulación que imponían los municipios, no solo Puerto de Cabras, por si a los conductores se les ocurría pasear sus máquinas en los respectivos términos...

Barberías donde acicalarse junto a la playa del muelle chico: la de Secundino Calero y la de Agustín Hernández.
Humeantes fábricas de cal: como los hornos de Antonio Bordón Melían, en la Hondura y los de Agustín Pérez Rodríguez, en la Laja Negra, junto al Charco.
Carpinterías más que justificadas, aunque no nos dijeran si arreglaban elementos de construcción de los edificios o si ejercían de carpinteros de ribera: Manuel martín Cabrera, Felipe Mora Marto, Manuel Mora Martos, Ramón González Martos y Martín Guerra.
Tiendas de comestibles, tejidos y ferrertería, pues en ellas vendían de todo: José Castañeyra Carballo, José Pérez Medina, Francisco del Toro Rivero, Manuel Oramas Martín, Ángel González Brito, Domingo Juan Rodríguez, Juan Bautista Moseguez.
Consignatarios de buques: Agustín Pérez Rodríguez y Juan Domínguez Peña.
Botiquín: ofrecido por Agustín Medina Rodríguez, a modo de farmacia.
Fonda donde alojarse: Francisco de Vera Manrique, en la calle del Puente, o la recién cerrada de don Paco Medina en la calle del Rosario.
Molinos y fábricas de harina que con sus moliendas proporcionaban el exquisito gofio: Domingo Ruiz Cedrés, en el camino del Time; Francisco Nóbrega, José Oramas (Molino Los Trapos), Tomás Saavedra y Manuel Rodríguez Marichal.
Mecánicos y herreros, quizás hojalateros especializados: Tomás Martín Dolores y Antonio González Britos, en calle La Cruz.
Maestros de mampostería como una versión popular de los arquitectos que no había: Marcos Hormiga Díaz, Juan Afonso Aguiar, Juan Hernández Acosta, Francisco Correa Morales, Felipe Marichal, Miguel Navarro Cedrés, Manuel Afonso, José Concepción Fontes, Juan Concepción Villalba.
Panaderías: Juan Martín Alonso, Domingo Nieves, Josefa Zamora, Eleodora Clavijo y Miguel Lima.
Zapateros: Luis Perdomo Aguiar, Andrés Afonso Aguiar, Manuel Martín Cuadro, Antonio Machín García, Rosenda García y Juan Nolasco Morales. Y no es que aquí la gente caminara mucho, simplemente alguien debía ocuparse de la reparación de las velas de los muchos barcos del cabotaje que las usaban.
Y Marineros y pescadores, que eran casi el tercio de la población de Puerto de Cabras.


Todos, junto a los que no se nombran, disfrutaron de aquellos festejos de finales de la década de 1920, cuando se descomponía el sistema monárquico y la dictadura ya reblandecida se preparaba para unos comicios que darían paso a la II República.

1913 CABILDO DE FUERTEVENTURA


 En 1913 se constituye el Cabildo de Fuerteventura


 Hace cien años, en Puerto de Cabras

El centenario del Cabildo Insular, uno de los desvelos de Manuel Velázquez Cabrera en su empeño por dar representatividad a las islas menores de Canarias.Su primera reunión, convocada por el Delegado Especial del Gobierno de S.M. en Fuerteventura, tuvo lugar en el salón de actos de la Casa Consistorial de Puerto de Cabras, ubicada por entonces en el número 2 de la calle del Puente, un edificio de 1837 que aún se conserva con el mismo número de la calle Ruiz de Alda, esquina a León y Castillo.
Casa Consistorial de Puerto de Cabras en 1913, donde se constituyó y residió algunos años el  Cabildo de Fuerteventura. [Archivo Municipal Puerto del Rosario
 
 
 
 
  1. El día 1 de marzo de 1913, don Agustín Pérez Rodríguez, investido como Delegado Gubernativo, se personaba en el despacho de la secretaría municipal para, asistido del titular de la misma, don Pancho López y del escribiente Claudio López Rodríguez, organizar la puesta en funcionamiento de la nueva institución majorera.Estudiaron el R.D. de 12 de octubre de 1912 sobre reglamento provisional de organización y funcionamiento de los cabildos canarios, y el acta de la Junta Electoral de la Isla, entendida ya como una jurisdicción a estos efectos, y la relación de los consejeros electos allí recogida con los siguientes nombres:Don Hermenegildo González de León, don Miguel Velázquez Curbelo, don Juan Domínguez Peña, don Secundino Alonso Alonso, don Juan J. Marrero Cabrera, don Isaac Negrín Umpiérrez, don Gumersindo Martel Cardona, don Manuel Morales García, don Domingo Peña Brito, don Matías López Hernández, don Eustaquio Gopar Hernández y don Manuel Sánchez Évora.Y en su vista redactaron la circular convocándolos a la sesión constitutiva en los siguientes términos:“Habiendo dispuesto el Excelentísimo Señor Ministro de la Gobernación, según me comunican del gobierno de la provincia, la constitución de los cabildos; he resuelto se celebre la primera reunión, el día 16 de marzo de 1913 a las 12 de la mañana en la sala capitular del Ayuntamiento de Puerto de Cabras, rogándoles puntualidad…”
  2.  
  3. Detalle del acta de la sesión constitutiva del Cabildo en 1913. [Del libro  Puerto del Rosario, cien años en la memoria]
  4.  Llegado el día y la hora señalados, el Delegado fue dando posesión a todos y cada uno de los consejeros, los cuales así constituidos en corporación, procedieron a formar la mesa de edad y, previa retirada de dicho representante gubernativo, elegir a su presidente, cuyo cargo recayó en el vecino de esta localidad don Juan Domínguez Peña, siguiendo con el resto de órganos cabildicios previstos en el mencionado reglamento; operaciones en que actuó como fedatario don Claudio López Rodríguez, su primer secretario.
  5.  
  1. La casa palacio del Cabildo data de la década de 1940. Entre la primera y  ésta sede, la institución  insular tuvo otros domicilios. [foto aportada por Paco Cerdeña].

miércoles, 22 de octubre de 2014

ALJIBE Y CORRALES DE LA ROSA


Aljibe y corrales de la Rosa  (FUERTEVENTURA)



Red de caños, “alcogidas” o canalizaciones con el propósito de saciar la sed de sus aljibes, gavias y nateros. Desde Risco Prieto uno de los más grandes acueductos metía el agua hasta El Tablero cercano a las Siete Gavias,  con la conducción que llegaba desde el pilón construido en el barranco de Puerto de Cabras.
 
 
 La coladera del pueblo que redistribuía el fruto de la lluvia hasta las rosas y los aljibes de la ciudad a través de dos canales subterráneos que vertían el sobrante en la Playa de Las “Escuevas” y en la Playa del Muelle Chico.


 
 
 

miércoles, 15 de octubre de 2014

Día Internacional de las Mujeres Rurales




Día Internacional de las Mujeres Rurales




«..Colectivamente, las mujeres rurales son una fuerza que puede impulsar el progreso a nivel mundial. Debemos aprovechar ese potencial para lograr los tres objetivos interrelacionados que nos hemos fijado para el año próximo: acelerar nuestra labor para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, adoptar una nueva visión del desarrollo sostenible y concertar un acuerdo universal significativo sobre el clima.»


Secretario General Ban Ki-moon
Mensaje en el Día Internacional de las Mujeres Rurales
15 de octubre de 2014
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
 
 
 
 

domingo, 12 de octubre de 2014

Ley del levirato


Ley del levirato

 Rut en el campo de Booz


La ley del levirato o simplemente el levirato es un tipo de matrimonio en el cual una mujer viuda que no ha tenido hijos se debe casar (obligatoriamente) con uno de los hermanos de su fallecido esposo.
Para continuar la línea sucesoria y la descendencia familiar, el nombre del primer varón de esta nueva unión ha de ser el mismo que el correspondiente al difunto, y heredará sus bienes.
El matrimonio por levirato se ha realizado en sociedades con fuerte estructura de clanes en los que se ha prohibido el matrimonio exogámico, es decir fuera del clan. Ha sido tradicionalmente habitual en los pueblos panyabíes, jats, israelitas, hunos (chinos xiongnu, hsiong-nu, etcétera), mongoles y tibetanos.
 
 
 

Etimología

El término deriva del latín lēvir, lēvĭri: (casos nominativo y genitivo) cuñado, del cuñado (hermano del marido, implícito en vĭri: del varón).

En el judaísmo y en la Biblia hebrea

En el judaísmo, el matrimonio por levirato, conocido como yibbum, es la unión ordenada en la Torá, en el libro del Deuteronomio, que obliga al hermano de un difunto, si éste no ha tenido descendencia, a casarse con la viuda. Hay una provisión, denominada halizah, por la que una o ambas partes pueden elegir no cumplir esta ley. De acuerdo con algunas opiniones en la Ley judía, el yibbum es contraproducente.
Un ejemplo de matrimonio bíblico por levirato es Onán –hijo de Judá–, quien fue maldecido hasta la muerte porque, durante el acto sexual con Tamar, siempre evitó la concepción. El casamiento de Rut es semejante, aunque debe no considerarse matrimonio por levirato. Se desposa con un pariente cercano que de igual modo está dispuesto a levantar descendencia para el nombre del marido fallecido, aunque no es hermano del difunto.

Asia central y los hunos

Entre los nómadas de Asia central han sido siempre frecuentes los matrimonios por levirato. En su obra maestra, Shǐjì, el historiador chino Sima Qian (145-87 a. C.) describe las costumbres de los hunos. En el libro testifica que, tras la muerte de un hombre, uno de sus familiares, normalmente un hermano, ya sea mayor o menor, se casa con la viuda.
La costumbre del levirato sobrevivió en la sociedad de los hunos del noreste del Cáucaso hasta el siglo VII. El historiador armenio Movses Kalankatuatsi expone que los savirs, una de las tribus hunas del entorno, eran habitualmente monógamos, pero en algunas ocasiones, al morir un hermano de un hombre casado, éste podía tomar como esposa a la viuda.
Kalankatuatsi describe la modalidad del matrimonio por levirato acostumbrado por los hunos. Como la mujer gozaba de un estatus elevado, la viuda podía elegir volver a casarse o no. Era posible que su nuevo marido fuera hermano o hijo (de otra mujer) de su primer esposo. Así, era factible acabar casándose con un cuñado o con un hijastro. No importaba la diferencia de edad.
Ludmila Gmyrya, historiadora del Daguestán, afirma que en esta república de la Federación Rusa el levirato sobrevivió hasta cerca de 1950.

Escitia

Para explicar la longevidad de más de dos milenos del levirato en las sociedades nómadas, el historiador soviético Khazanov propone razones económicas: «heredar» una esposa como parte de la «propiedad» del difunto es una manera de dar respuesta a las necesidades de educación y de alimentación tanto de la mujer como de los posibles hijos.
Esta costumbre ha revivido en épocas de especial penuria económica, como durante la Segunda Guerra Mundial, en cuyo transcurso ocurrió un renacimiento del levirato en Asia central. En estas circunstancias, los hijos adultos y los hermanos de un fallecido se consideraban responsables de sus parientes. Uno de ellos se casaba con la viuda y adoptaba sus hijos.

África

En muchos pueblos de África central y del sur se ha efectuado también este tipo de costumbres. Hasta cierto punto es aún vigente. Al aumentar la conciencia de los derechos de la mujer en países como Sudáfrica, se ha prácticamente abandonado la obligación de una mujer viuda a casarse con un familiar de su marido.

En la literatura

El matrimonio de una viuda con el hermano de su difunto marido es el detonante del argumento de Hamlet, obra de William Shakespeare.
En la obra de Unamuno La tía Tula, publicada en 1921, las costumbres del levirato y del sororato (matrimonio de un varón con una o más hermanas —no suyas, desde luego; esto degeneraría en adelfogamia—) constituyen el sustrato antropológico, concretamente antropología del parentesco, en el que se manifiesta la represión sexual de la época.

En España

De diversas zonas rurales de España se han documentado casos de levirato (cuando fallecía el padre, la madre debía casarse con un hermano de su marido) y de sororato (cuando fenecía la madre, era obligación del padre casarse con una hermana de su mujer).