LAS 2 PEREGRINAS
1ª/Mariana de Múxica, nacida en Sevilla y de noble ascendencia grancanaria. Mariana y su marido Jerónimo de Zúñiga, emprendieron viaje a Indias, pero la nave fue apresada por el pirata Morato Arráez, siendo llevados a Berbería donde falleció el esposo y nació una hija, la cual dejó como rehén para venir a Gran Canaria vistiendo hábito de peregrina.
Aquí pidió limosna a la parentela para rescatar a su pequeña hija y se alojó en una de las casas de esta calle. Su vida fue según cuenta la tradición un cúmulo de desgraciados acontecimientos.
Dª Marina de Muxica, una atribulada dama nacida en Sevilla (1565), nieta de D. Bernardino de Siverio, uno de los conquistadores de las islas, y que soportó un largo peregrinaje de idas y venidas a causa de su mala fortuna
En 1593 la Inquisición detiene a una mujer de 28 años llamada María Muxica acusada de predecir el futuro. Esta mujer, apodada la Peregrina, vivía en la calle que hoy lleva su nombre y había nacido en Sevilla en 1565. Sus padres fueron Juana de Lara y Lope de Muxica, hijo legítimo de Bernardino de Siberio, conquistador de Gran Canaria.
La Peregrina había ingresado en un convento en la isla de Santo Domingo, pero al ser destruido éste por los ingleses, logró escapar milagrosamente regresando a España, donde contrajo matrimonio con el capitán Jerónimo de Zúniga.
Cuando regresaba a Santo Domingo, su barco fue asaltado por el pirata Amurat Arráez a la altura de Gibraltar, matando al marido y siendo ella cautiva y trasladada, en unión de su madre, a Fez. Para obtener la libertad y la de su madre, vino a Gran Canaria para pedir auxilio a su familia, obteniendo la cifra requerida. Embarca de nuevo y, en la escala que hizo en Madeira, robaron todo lo que tenía.
Retorna a Las Palmas y su propia familia, cansada de las desventuras de María Muxica, la denuncia al Santo Oficio. Quedaría absuelta, aunque bajo la vigilancia de la Inquisición.
En una travesía a Fuerteventura y poco antes de arribar a la isla, falleció en la cubierta.
Sin duda, llamar a María Muxica, la Peregrina, fue un gran acierto.
Cuando regresaba a Santo Domingo, su barco fue asaltado por el pirata Amurat Arráez a la altura de Gibraltar, matando al marido y siendo ella cautiva y trasladada, en unión de su madre, a Fez. Para obtener la libertad y la de su madre, vino a Gran Canaria para pedir auxilio a su familia, obteniendo la cifra requerida. Embarca de nuevo y, en la escala que hizo en Madeira, robaron todo lo que tenía.
Retorna a Las Palmas y su propia familia, cansada de las desventuras de María Muxica, la denuncia al Santo Oficio. Quedaría absuelta, aunque bajo la vigilancia de la Inquisición.
En una travesía a Fuerteventura y poco antes de arribar a la isla, falleció en la cubierta.
Sin duda, llamar a María Muxica, la Peregrina, fue un gran acierto.
2ª/Peregrina de Montesa casada con Mateo Carrasco Maldonado, ambos de elevada alcurnia y avecindados en la calle. Por su ascendencia genovesa y vinculación con el convento franciscano, sus restos mortales con toda seguridad descansan en el presbiterio de la Iglesia de san Francisco.
Dª Peregrina de Montesa, hija de Antonio de Montesa, regidor en 1562, y Beatriz de León. La boda de ésta con su vecino Mateo Cairasco Maldonado, fue sonada, pues además de celebrarse por todo lo alto en casa de su tío, el canónigo de Santa Ana, Pedro de León, se formó una fuerte trifulca, con espadas de medio, la noche del 15 de Julio de 1574, en la que trató de mediar, sin éxito, Constantino Cairasco, alguacil mayor del Santo Oficio, según el atestado de la Inquisición.
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