LA VIDA EN LAS COLONIAS ESPIRITUALES
La cosa
mas importante que debemos saber es que la muerte no existe, tan solo perdemos
el cuerpo físico que es tan solo un traje, que cuando ya no nos sirve lo
abandonamos, y pasamos a otros planos de existencia con otro cuerpo mas sutil,
mas fluidico, no tan material como el que teníamos.Somos inmortales y eso es un
hecho, nuestros familiares siguen viviendo, en otro plano parecido a la tierra,
donde nos narran que existen ciudades, jardines, edificioss todo igual que aquí,
y que nuestros seres amados nos visitan a cada momento aunque nosotros no
podamos verlos a ellos, pero ellos si nos ven a nosotros y están con nosotros,
durante el sueño, el alma se desprende de nuestro cuerpo físico, y entonces
quedamos en el mismo estado que están ellos, en espíritu fluidico o cuerpo
astral, es en ese estado donde los espíritus también nos visitan y nos hablan,
es un gran consuelo saber que la muerte no existe, la vida en la tierra es
temporal y es una insignificancia, comparada con la vida en el plano
espiritual.Nuestra verdadera existencia es en el plano espiritual de ahí es de
donde venimos, ahí es donde pasamos mas tiempo, es nuestra verdadera casa, la
tierra solo es temporal, esto es semejante como la persona que tiene su casa y
vive en ella durante todo el año y un día va a la casita de la playa, y pasa un
día allí, así es la estancia en la tierra, un día, nuestro verdadero mundo es
allí, aquí solamente venimos a aprender y pagar lo que debemos de otras
existencias, os preguntareis y como es posible que yo no recuerde nada, pues por
una sencilla razón, dios que es totalmente misericordioso, no permite por
nuestro bien, que recordemos a nuestros familiares de vidas anteriores, porque
sufriríamos muchisimo y no podríamos soportarlo, pero cuando una persona
desencarna, esa memoria es liberada y la persona lo recuerda todo, de esta
manera una vida no interferirá en la otra.Ha personas que están preparadas y
pueden recordar perfectamente de forma natural toda su existencia anterior, sin
sufrir ningún daño psíquico por esos recuerdos.Debemos de aprender las leyes de
este universo para poder comprender todas estas
cosas.
¿Qué pasa cuando uno muere? ¿Cómo será su vida en el más
allá? ¿Irá a un cielo o a un infierno? Las respuestas a esas, y a otras
preguntas semejantes, están sujetas a las convicciones de las personas. Un
materialista dirá que, cuando uno muere, no va a sitio alguno, pues todo se
acaba en la tumba. Un espiritualista dirá que los buenos van al cielo y los
malos al infierno. Otros aún afirmarán que el destino final del ser, que
actualizó todas sus potencialidades, es el Nirvana. Y así sucesivamente. ¿Cómo
saber quienes tienen la razón?
Antes de seguir en el análisis del
asunto, vale destacar que no tenemos la intención de convencer a nadie. No nos
dirigimos a quien esté convencido de sus opiniones sobre el tema. Nos dirigimos
a aquellos que, al admitir la existencia y supervivencia del alma después de la
muerte del cuerpo físico, están interesados en cogitar sobre su destino. Para
esos, hay la convicción de que el Espíritu irá a algún sitio aunque no tengan
convicción de hacia dónde ni cómo es ese lugar.
Vamos a utilizar un ejemplo simple:
cuando queremos saber cómo es un país, lo más razonable ¿no sería preguntar a
algunos de sus habitantes que describiesen el sitio en donde viven? ¿El mismo
razonamiento no podría ser aplicado en relación a aquellos que ya ultrapasaron
las fronteras de la muerte? El hecho es que ya se hizo esa pregunta a muchos de
los que han pasado al otro lado de la vida. Pero las respuestas no son siempre
iguales, pues los Espíritus responden conforme a sus experiencias, y ya se ha
identificado que hay Espíritus burlones, a quienes les gusta engañar a los que
creen ciegamente en sus “revelaciones”. Además, los médiums videntes o de
desdoblamiento (que entran en éxtasis en ciertas circunstancias y visitan el
plano espiritual) están sujetos a influencias de sus propias convicciones y
pueden intervenir en la información que reciben del más allá. Pero, aunque sea
importante reconocer esas dificultades –superables con el apoyo de mucho
estudio, perseverancia y disciplina–, a lo largo del tiempo fue posible
seleccionar informaciones que guardan coherencia y permiten formarnos una idea
relativamente objetiva de como es la vida de los llamados muertos, que, de
hecho, de muertos nada tienen, pues siguen viviendo de forma muy semejante a la
que tuvieron mientras estaban “vivos” entre nosotros.
Allan Kardec, en diversas obras como
El libro de los espíritus, El cielo y el infierno, La revista espírita,
entre otras, evidenció, con mucha maestría, que el asunto es muy antiguo y se
puede ubicar referencias a él en las enseñanzas de los más antiguos sabios.
Pero, en los tiempos modernos, uno de los primeros reveladores de la condición
de los Espíritus en el mundo espiritual, haciendo referencia incluso a las
colonias espirituales, fue Emmanuel Swedenborg, un sueco de conocimientos muy
amplios en diversas ramas y muy considerado en la sociedad de su
época.
Después de él, otros diversos médiums
recibieron informaciones referentes al asunto. Entre ellos Edgar Cayce y Andrew
Jackson Davis en Estados Unidos de Norte América. Este último afirmaba que
Swedenbog, ya en la condición de Espíritu, era uno de sus guías espirituales.
Otro americano que trató del tema fue el
Reverendo G. Vale Owen, que describe, en el libro The life beyond the veil
(La vida más allá del velo), una colonia espiritual muy interesante en donde
los colores son cambiantes, incluso los de las aves, de conformidad con las
vibraciones que emiten los habitantes de ese sitio. Todo es muy bello y
brillante, con mucha luminosidad y los Espíritus, allí, son muy felices.
En España, entre otros, una gran
estudiosa de las relaciones del mundo espiritual con los encarnados fue Amalia
Domingo Soler, con la publicación de considerable cantidad de obras muy
esclarecedoras y consoladoras para aquellos que han perdido seres queridos en
diversos momentos de la vida.
Por intermedio de diversos médiums que
apoyaron la labor de Allan Kardec, en la codificación espiritista, y, más tarde,
por otros, como Yvonne Pereira, Francisco Candido Xavier, Divaldo Franco, Raúl
Teixeira, citando tan solamente algunos, los Espíritus cuestionados acerca de
dónde viven, afirman que pueden estar por ahí sin lugar ni destino ciertos.
Otros están en sitios de dolor y sufrimiento, de conformidad con su conciencia
llena de culpabilidad por los males que hicieron contra otros. Pero hay aquellos
que afirman vivir en colonias espirituales, algunas semejantes a nuestras
ciudades.
André Luiz, por ejemplo, por la
psicografía de Chico Xavier, describe varias colonias espirituales y puestos de
socorro en donde los Espíritus viven y trabajan. Ese es el caso de Nuestro
Hogar, una ciudad espiritual con más de un millón de habitantes y una
organización administrativa que podría ser modelo para nosotros. Pero el mismo
André Luiz nos presenta una descripción detallada de regiones de mucho dolor y
sufrimiento. En el libro Liberación, por ejemplo, él hace referencia a
una ciudad, en las tinieblas, gobernada por Espíritus perversos que maltratan a
otros que se sienten culpables después de la muerte del cuerpo. En Obreros de
la Vida Eterna, ese mismo Espíritu registra la existencia de una colonia
transitoria que se destina a auxiliar a Espíritus que se arrepienten de sus
errores en las regiones de sufrimiento.
Cairbar Schutel, ya Espíritu, por
psicografía de Abel Glaser, habla de la colonia Alborada Nueva que
estaría situada en una región más elevada que Nuestro Hogar. Ella también es
mencionada por André Luiz.
Hermano Jacobo, en Volví,
describe parcialmente el sitio adónde le llevan después de su muerte. Es una
colonia muy bien organizada con actividades y hogares para todos los habitantes.
También Manoel Philomeno de Miranda, por
la psicografia de Divaldo Franco, en la obra Sexo y obsesión, describe
una Ciudad Perversa, donde el culto al sexo es utilizado de manera enfermiza y
desequilibrada.
Hay quienes nos preguntan si los
Espíritus no han hecho jamás referencias a colonias situadas en regiones
espirituales de Europa. André Luiz menciona, en Nuestro Hogar, el
intercambio que existe entre los Espíritus de los diversos continentes y cómo
las colonias de América han auxiliado a los Espíritus de Europa en el período de
la Segunda Guerra Mundial. Él habla del clima espiritual muy denso que envolvía
a Europa en aquel entonces y que las colonias espirituales de la región no
tenían condiciones de realizar todo el auxilio que era necesario ante la gran
cantidad de Espíritus que llegaban allí por la desencarnación provocada por la
Guerra.
Visitando diversos países de Europa,
hemos tenido más de una experiencia mediúmnica que nos fortalece en la
convicción de que hay muchas colonias espirituales en ese continente. Una vez,
visitando Galicia, subimos por un camino para llegar hasta una iglesia que allí
existe desde hace mucho tiempo. En cierto momento del camino, percibimos una
vibración del ambiente diferente y muy elevada. Cuando llegamos allá arriba, no
hemos percibido ninguna energía especial en la iglesia. Al volver por el mismo
camino, al llegar al mismo sitio de antes, percibimos la misma energía positiva.
Decidimos salir del camino y seguir entre matorrales en la dirección hacia donde
percibíamos que venía la vibración positiva. Un poco más adelante, encontramos
un resto de monumento druida con algunos círculos de piedra, como si fuera un
templo preparado en la naturaleza. Allí percibimos el movimiento de ir y venir
de muchos Espíritus, como si aquello fuera una especie de portal para entrar y
salir por un camino que conduce a regiones superiores del plano espiritual,
probablemente alguna colonia espiritual en donde ellos habitan.
Es interesante que, visitando la
Catedral de Toledo, en el coro, sentimos ese mismo tipo de energía y hemos
podido presenciar la llegada y salida de Espíritus, posiblemente también
provenientes de alguna colonia espiritual.
Para el que tenga paciencia en buscar
referencias sobre las colonias espirituales en los libros psicografiados, podrá
encontrar tanto lugares buenos donde viven Espíritus interesados en el bien de
la colectividad, como lugares horribles, donde viven Espíritus perturbados y
desequilibrados.
La cosa mas importante que debemos saber es que la muerte no existe, tan solo perdemos el cuerpo físico que es tan solo un traje, que cuando ya no nos sirve lo abandonamos, y pasamos a otros planos de existencia con otro cuerpo mas sutil, mas fluidico, no tan material como el que teníamos.Somos inmortales y eso es un hecho, nuestros familiares siguen viviendo, en otro plano parecido a la tierra, donde nos narran que existen ciudades, jardines, edificioss todo igual que aquí, y que nuestros seres amados nos visitan a cada momento aunque nosotros no podamos verlos a ellos, pero ellos si nos ven a nosotros y están con nosotros, durante el sueño, el alma se desprende de nuestro cuerpo físico, y entonces quedamos en el mismo estado que están ellos, en espíritu fluidico o cuerpo astral, es en ese estado donde los espíritus también nos visitan y nos hablan, es un gran consuelo saber que la muerte no existe, la vida en la tierra es temporal y es una insignificancia, comparada con la vida en el plano espiritual.Nuestra verdadera existencia es en el plano espiritual de ahí es de donde venimos, ahí es donde pasamos mas tiempo, es nuestra verdadera casa, la tierra solo es temporal, esto es semejante como la persona que tiene su casa y vive en ella durante todo el año y un día va a la casita de la playa, y pasa un día allí, así es la estancia en la tierra, un día, nuestro verdadero mundo es allí, aquí solamente venimos a aprender y pagar lo que debemos de otras existencias, os preguntareis y como es posible que yo no recuerde nada, pues por una sencilla razón, dios que es totalmente misericordioso, no permite por nuestro bien, que recordemos a nuestros familiares de vidas anteriores, porque sufriríamos muchisimo y no podríamos soportarlo, pero cuando una persona desencarna, esa memoria es liberada y la persona lo recuerda todo, de esta manera una vida no interferirá en la otra.Ha personas que están preparadas y pueden recordar perfectamente de forma natural toda su existencia anterior, sin sufrir ningún daño psíquico por esos recuerdos.Debemos de aprender las leyes de este universo para poder comprender todas estas cosas.
¿Qué pasa cuando uno muere? ¿Cómo será su vida en el más allá? ¿Irá a un cielo o a un infierno? Las respuestas a esas, y a otras preguntas semejantes, están sujetas a las convicciones de las personas. Un materialista dirá que, cuando uno muere, no va a sitio alguno, pues todo se acaba en la tumba. Un espiritualista dirá que los buenos van al cielo y los malos al infierno. Otros aún afirmarán que el destino final del ser, que actualizó todas sus potencialidades, es el Nirvana. Y así sucesivamente. ¿Cómo saber quienes tienen la razón?
Antes de seguir en el análisis del
asunto, vale destacar que no tenemos la intención de convencer a nadie. No nos
dirigimos a quien esté convencido de sus opiniones sobre el tema. Nos dirigimos
a aquellos que, al admitir la existencia y supervivencia del alma después de la
muerte del cuerpo físico, están interesados en cogitar sobre su destino. Para
esos, hay la convicción de que el Espíritu irá a algún sitio aunque no tengan
convicción de hacia dónde ni cómo es ese lugar.
Vamos a utilizar un ejemplo simple:
cuando queremos saber cómo es un país, lo más razonable ¿no sería preguntar a
algunos de sus habitantes que describiesen el sitio en donde viven? ¿El mismo
razonamiento no podría ser aplicado en relación a aquellos que ya ultrapasaron
las fronteras de la muerte? El hecho es que ya se hizo esa pregunta a muchos de
los que han pasado al otro lado de la vida. Pero las respuestas no son siempre
iguales, pues los Espíritus responden conforme a sus experiencias, y ya se ha
identificado que hay Espíritus burlones, a quienes les gusta engañar a los que
creen ciegamente en sus “revelaciones”. Además, los médiums videntes o de
desdoblamiento (que entran en éxtasis en ciertas circunstancias y visitan el
plano espiritual) están sujetos a influencias de sus propias convicciones y
pueden intervenir en la información que reciben del más allá. Pero, aunque sea
importante reconocer esas dificultades –superables con el apoyo de mucho
estudio, perseverancia y disciplina–, a lo largo del tiempo fue posible
seleccionar informaciones que guardan coherencia y permiten formarnos una idea
relativamente objetiva de como es la vida de los llamados muertos, que, de
hecho, de muertos nada tienen, pues siguen viviendo de forma muy semejante a la
que tuvieron mientras estaban “vivos” entre nosotros.
Allan Kardec, en diversas obras como
El libro de los espíritus, El cielo y el infierno, La revista espírita,
entre otras, evidenció, con mucha maestría, que el asunto es muy antiguo y se
puede ubicar referencias a él en las enseñanzas de los más antiguos sabios.
Pero, en los tiempos modernos, uno de los primeros reveladores de la condición
de los Espíritus en el mundo espiritual, haciendo referencia incluso a las
colonias espirituales, fue Emmanuel Swedenborg, un sueco de conocimientos muy
amplios en diversas ramas y muy considerado en la sociedad de su
época.
Después de él, otros diversos médiums
recibieron informaciones referentes al asunto. Entre ellos Edgar Cayce y Andrew
Jackson Davis en Estados Unidos de Norte América. Este último afirmaba que
Swedenbog, ya en la condición de Espíritu, era uno de sus guías espirituales.
Otro americano que trató del tema fue el
Reverendo G. Vale Owen, que describe, en el libro The life beyond the veil
(La vida más allá del velo), una colonia espiritual muy interesante en donde
los colores son cambiantes, incluso los de las aves, de conformidad con las
vibraciones que emiten los habitantes de ese sitio. Todo es muy bello y
brillante, con mucha luminosidad y los Espíritus, allí, son muy felices.
En España, entre otros, una gran
estudiosa de las relaciones del mundo espiritual con los encarnados fue Amalia
Domingo Soler, con la publicación de considerable cantidad de obras muy
esclarecedoras y consoladoras para aquellos que han perdido seres queridos en
diversos momentos de la vida.
Por intermedio de diversos médiums que
apoyaron la labor de Allan Kardec, en la codificación espiritista, y, más tarde,
por otros, como Yvonne Pereira, Francisco Candido Xavier, Divaldo Franco, Raúl
Teixeira, citando tan solamente algunos, los Espíritus cuestionados acerca de
dónde viven, afirman que pueden estar por ahí sin lugar ni destino ciertos.
Otros están en sitios de dolor y sufrimiento, de conformidad con su conciencia
llena de culpabilidad por los males que hicieron contra otros. Pero hay aquellos
que afirman vivir en colonias espirituales, algunas semejantes a nuestras
ciudades.
André Luiz, por ejemplo, por la
psicografía de Chico Xavier, describe varias colonias espirituales y puestos de
socorro en donde los Espíritus viven y trabajan. Ese es el caso de Nuestro
Hogar, una ciudad espiritual con más de un millón de habitantes y una
organización administrativa que podría ser modelo para nosotros. Pero el mismo
André Luiz nos presenta una descripción detallada de regiones de mucho dolor y
sufrimiento. En el libro Liberación, por ejemplo, él hace referencia a
una ciudad, en las tinieblas, gobernada por Espíritus perversos que maltratan a
otros que se sienten culpables después de la muerte del cuerpo. En Obreros de
la Vida Eterna, ese mismo Espíritu registra la existencia de una colonia
transitoria que se destina a auxiliar a Espíritus que se arrepienten de sus
errores en las regiones de sufrimiento.
Cairbar Schutel, ya Espíritu, por
psicografía de Abel Glaser, habla de la colonia Alborada Nueva que
estaría situada en una región más elevada que Nuestro Hogar. Ella también es
mencionada por André Luiz.
Hermano Jacobo, en Volví,
describe parcialmente el sitio adónde le llevan después de su muerte. Es una
colonia muy bien organizada con actividades y hogares para todos los habitantes.
También Manoel Philomeno de Miranda, por
la psicografia de Divaldo Franco, en la obra Sexo y obsesión, describe
una Ciudad Perversa, donde el culto al sexo es utilizado de manera enfermiza y
desequilibrada.
Hay quienes nos preguntan si los
Espíritus no han hecho jamás referencias a colonias situadas en regiones
espirituales de Europa. André Luiz menciona, en Nuestro Hogar, el
intercambio que existe entre los Espíritus de los diversos continentes y cómo
las colonias de América han auxiliado a los Espíritus de Europa en el período de
la Segunda Guerra Mundial. Él habla del clima espiritual muy denso que envolvía
a Europa en aquel entonces y que las colonias espirituales de la región no
tenían condiciones de realizar todo el auxilio que era necesario ante la gran
cantidad de Espíritus que llegaban allí por la desencarnación provocada por la
Guerra.
Visitando diversos países de Europa,
hemos tenido más de una experiencia mediúmnica que nos fortalece en la
convicción de que hay muchas colonias espirituales en ese continente. Una vez,
visitando Galicia, subimos por un camino para llegar hasta una iglesia que allí
existe desde hace mucho tiempo. En cierto momento del camino, percibimos una
vibración del ambiente diferente y muy elevada. Cuando llegamos allá arriba, no
hemos percibido ninguna energía especial en la iglesia. Al volver por el mismo
camino, al llegar al mismo sitio de antes, percibimos la misma energía positiva.
Decidimos salir del camino y seguir entre matorrales en la dirección hacia donde
percibíamos que venía la vibración positiva. Un poco más adelante, encontramos
un resto de monumento druida con algunos círculos de piedra, como si fuera un
templo preparado en la naturaleza. Allí percibimos el movimiento de ir y venir
de muchos Espíritus, como si aquello fuera una especie de portal para entrar y
salir por un camino que conduce a regiones superiores del plano espiritual,
probablemente alguna colonia espiritual en donde ellos habitan.
Es interesante que, visitando la
Catedral de Toledo, en el coro, sentimos ese mismo tipo de energía y hemos
podido presenciar la llegada y salida de Espíritus, posiblemente también
provenientes de alguna colonia espiritual.
Para el que tenga paciencia en buscar
referencias sobre las colonias espirituales en los libros psicografiados, podrá
encontrar tanto lugares buenos donde viven Espíritus interesados en el bien de
la colectividad, como lugares horribles, donde viven Espíritus perturbados y
desequilibrados.
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